Mario Draghi ha mencionado que
"hara todo lo que sea necesario para salvar al euro"
Pero aun no hay medidas concretas
y ello hace que mi interpretación sobre cómo se ha afrontado el problema de la
comunidad Europea sea con menores posibilidades de maniobra y más posibilidades
de disolución. Lo anterior está sustentado en algo muy pragmático como es ver
la imposibilidad de los países afectados a verse sometidos a la política
monetaria del Banco Central y no poder manejar una política monetaria que vaya
a favor de sus propios intereses, que les permita detener la importante fuga de
capitales que afrontan. Por lo tanto, toda inyección de recursos que se hagan a
los países que hoy siguen estando en medio del ojo del huracán (Grecia, España
y en menor proporción Italia) continúen con dicha tendencia y los ingresos
fiscales por concepto de impuestos seguirá deteriorándose y las condiciones macroeconómicas
irán en la misma dirección; así se asuman mayores posturas de austeridad el déficit
de las cuentas nacionales seguirá deteriorándose, siempre y cuando la confianza
en la estabilidad en las mismas cuentas no sean contundentes, la tendencia
actual seguirá por el mismo camino. Los países de mayor tamaño podrán seguir
pidiendo medidas, pero esta radical postura, creyendo que es la fórmula
para darle solución a las actuales condiciones de deuda y sostenibilidad de la
misma; solo ahogará mas a los países medianos y pequeños, empeorando aun más el
panorama para los acreedores de estos.
Comprar bonos de deuda de estos países
por parte del BCE e inyectar mas euros a sus economías no solucionan el real
problema de estos países. Las exigencias para el rescate son cada vez más
ingentes y los intereses soberanos son endosados a los intereses de los mayores
aportantes al fondo de estabilidad.
De esta manera la moneda única común tiene sus días contados o por lo menos el tamaño actual y su cantidad de miembros.
Javier Andres Alzate
Couch Manager
